Un acierto.
El corcho es muy blando y el resto del juguete muy suave. A mis bebés gatitos les encanta. No pesa nada y se divierten mordisqueándolo y zarandeándolo. La única pega es que al principio soltaba unos cuantos pelitos, pero al cabo de un tiempo ya no. Pensé que sería malo para los peques, pero las pelusillas son tan pequeñas y suaves que, si se las tragasen, creo que no habría peligro.